¿Se puede despertar de un sueño tan real?
¿De una inconciencia capaz de superar en minutos la realidad?
¿De un aire tan pesado que perfore tus pulmones cada vez que lo inhalás?
De una nostalgia tan auténtica, que aún despues de abrir los ojos la puedas sentir ahí, intacta, burlándose.
De una angustia tan profunda que se aferra a tus huesos, a tu voz, que
después de hacerte un bollito contra un sillón, y de que subas el
volumen de la canción más triste, para poder largarlo todo, se atreve a
abrir los cajones de la memoria, y se instala, haciéndote imposible
pensar que sólo fue un sueño, un momento, un instante, sino que en
realidad, el sueño era todo lo demás.
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