Trepa a su mundo a dos ruedas, y sale a rodar.
Figuras como acuarelas, entran y salen sin descuido, de sus pupilas, formando una historieta bizzara y divertida. Lo que más le gusta de pedalear, es dejarse llevar por el viento, y sentirse parte de él, el cosquilleo que le da dejarse caer en alguna calle en bajada, la facilidad con la que un pequeño pozo, puede tambalear su mundo.
No es peatón, pero tampoco es un auto, ni una moto, ella está sobre ruedas, pero a diferencia de otros, es su propio motor. Alrededor, todo lo siente a distintas velocidades, sin querer, las historias de los transeúntes se cuelan entre las ruedas, millones de escenas, torbellinos de memorias y diálogos inconclusos, acuosos, desordenados, que almacena en cada viaje, que le gusta sacar a pasear, de vez en cuando.
Cuando iba al colegio en bici, si habia lluvia era diversion al triple, poder pasar arriba de los charcos y tirar agua por todos lados, llenarme de agua y volver empapado a casa, leer esto me hizo acordar de esos momentos e inevitablemente sonreír planeando mi próxima salida en bicicleta bajo la lluvia
ResponderEliminarLa bicicleta un día va a volar.
ResponderEliminarGracias por el post.
Luis
Si algún día sus dos ruedas la llevan por el barrio de Belgrano avise que le invito unos mates.
ResponderEliminarLo tendré en cuenta ! :)
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